sábado, 29 de octubre de 2011

Teoría sobre el desarrollo humano (Sigmund Freud)


Etapas del desarrollo psicosexual:

Las teorías psicoanalíticas se refieren primordialmente, al desarrollo emocional del niño, pero han puesto poca atención en los aspectos cognoscitivos, perceptibles, lingüísticos, o del desarrollo comportamental del niño.
Freud llamó psicosexuales a sus etapas de desarrollo debido a que les asigna un papel preponderante a los instintos sexuales el la formación y desarrollo de la sexualidad, para él el mejor camino para entender el significado de la sexualidad, particularmente en la infancia y en la niñez, es compararla con cualquier placer sensual.
El desarrollo de la personalidad consiste en el desenvolvimiento o despliegue de los instintos sexuales. Al principios esos instintos están desplegados pero gradualmente se integran y centran en el acto sexual maduro, con base en las zonas del cuerpo que se vuelven focos de placer sexual Freud definió sus etapas: oral, anal, fálica y genital.
Entre las dos últimas etapas existe un período de latencia que no es una etapa de desarrollo psicosexual. 
El primer año y medio es la etapa oral, de los 18 meses a los tres años aproximadamente es la etapa anal, de los tres a los cinco-seis años es la etapa fálica; de los seis a los 12 años es el período de latencia. Por ultimo, en la pubertad el niño alcanza la etapa genital que continua hasta la edad adulta.

La etapa oral

Durante el primer año de vida posnatal, el origen principal de la búsqueda de placer y al mismo tiempo, de conflicto y frustración es la boca.
La diversión que obtiene el niño de chupar, morder, mascar y vocalizar se ve restringida muy pronto por los que lo cuidan, la madre está pendiente cada vez de que el niño se chupa el dedo o mordisquea juguetes. Es criticado y castigado, si no se somete y es recompensado por hacerlo.
Durante esta etapa el niño no es motivado por placeres de otras regiones del cuerpo. No le interesan en lo absoluto las funciones excretorias, ni los genitales despiertan su interés, solo le presta atención a las actividades orales.
En el período oral, el niño encuentra por primera vez el poder de la autoridad en su vida, una autoridad que es limitada en la búsqueda de placer.
Como habíamos mencionado, creía que la manera como se satisfacían determina la formación de rasgos que moldean su personalidad posteriormente que son engendrados por la interacción de la practica de crianza de los niños y la estructura constitucional del niño. Los tipos de carácter oral experimentan trastornos en el recibir y el tomar.
El recibir fallido puede tomar la forma de dependencia pasiva, mientras que el tomar fallido resulta en manipulatividad, envidia y avaricia.

La etapa anal

Freud designó la segunda fase importante del desarrollo de la personalidad, quizá el nombre se encuentre curioso pero su propósito es destacar en forma espectacular la fuente principal de inquietud y actividad para el niño. Aunque las necesidades orales continúan activas son menos prominentes ahora las sustituyen las preocupaciones anales.
La etapa anal se extiende desde los 18 meses de edad hasta los tres y medio años, correspondiendo más o menos a la edad de aprendizaje de control de esfínteres.
Durante el período anal, el niño aprende ciertas orientaciones básicas para la vida: la posesión de las cosas y el desprendimiento de las mismas; esas orientaciones pueden distorsionarse o exagerarse, según Freud es la sobrevaloración de los productos anales lo que inicialmente engendra el rasgo de personalidad.
En el otro extremo una madre puede deleitarse en ponerle trampas o engañar a su hijo, sorprendiéndolo en el momento justo o solo manteniéndolo en su acción hasta que lo complete. 

La etapa fálica

La etapa fálica tiene lugar entre los tres y los cinco-seis años de edad. Los órganos genitales se vuelven una fuente destacada de placer durante este período. La curiosidad respecto al cuerpo puede comenzar mucho antes; el niño encuentra con asombro sus manos y sus pies, incluso puede descubrir los órganos genitales pero no se convierten en inquietudes sólo hasta la etapa fálica, cuando se hacen mucho más intensas las tensiones y placeres de esa zona del cuerpo. El niño comienza en ese momento a darse cuenta y a comentar las diferencias entre los hombres y las mujeres, su inquietud incrementa de manera significativa si se notan las diferencias anatómicas. Dicha curiosidad es bastante difusa debido a que el niño no conoce todavía a menos que ya las haya observado, las diferencias reales de los órganos genitales masculinos y femeninos.
En la etapa se presentan dos grandes situaciones psicológicas: el complejo de Edipo y el complejo de Electra.

El complejo de Edipo.

Este se acompaña con el temor de la castración, es tomado del mito griego Edipo Rey, quien si saberlo mató a su padre y se casó con su madre, el complejo se refiere a la atracción sexual que el niño tiende a sentir por su madre durante la etapa fálica. Al mismo tiempo ve a su padre como un rival en el afecto de su madre. Existen actitudes mezcladas o ambivalentes hacia el padre, quien por un lado es temido porque puede remover el órgano ofensor y por otro lado es respetado y venerado como modelo de hombría, superior al niño. Si el desarrollo es normal, el niño renuncia a los deseos amorosos respecto a madre y en cambio se esfuerza por asumir el papel masculino de su padre. Entonces el afecto del hijo hacia la madre pierde su aspecto sexual, al aceptar la masculinidad el superego del niño experimenta su desarrollo final y adopta una ideal del ego positivo. Si ocurre lo contrario el niño puede rechazar el papel masculino o se atrofie su conciencia o puede que sobre valore su habilidad sexual y se vuelva arrogante y egoísta en sus relaciones con mujeres.

El complejo de Electra:

Durante este período la niña experimenta un proceso semejante al del niño pero con algunas diferencias significativas. Freud creía que la niña pequeña toma a su padre como objeto sexual y ve a su madre como una rival. Debe recordarse que los intereses y sentimientos sexuales de la niña son mas rudimentarios, el rasgo patológico principal que surge en esta etapa es "la perdida del pene", minimizando el papel femenino y sobrevalorando el masculino. Freud creía que los conflictos de la etapa fálica provocaban muchos trastornos en las funciones sexuales femeninas, tales como la frigidez y la dismenorrea. Como sucede con el niño el manejo del adiestramiento durante este período puede provocar tendencias patológicas en la personalidad de la niña en desarrollo.
Si el desarrollo durante este período es normal, es decir hay un equilibrio apropiado entre satisfacción y control, sin que exista mucha frustración ni demasiada indulgencia. En sus relaciones con los demás, una persona no será ni demasiado altanera ni indebidamente modesta es decir alcanzará un equilibrio.

Período de latencia

El lapso entre los seis y los doce años de edad aproximadamente, durante el que tiene lugar gradualmente la preparación para la etapa siguiente que es sumamente importante, este período implica la consolidación y la elaboración de rasgos y habilidades previamente adquiridos, sin que aparezca nada dinámicamente nuevo.
El niño mantiene un desarrollo bastante rápido pero los patrones de éste siguen las líneas establecidas en las etapas previas, se aguardan los cambios fisiológicos, psicológicos y sociales que ocurren durante la adolescencia, cuando comienza a surgir nuevas fuentes de placer y por tanto nuevos conflictos y frustraciones, de ahí que Freud tenga poco que decir sobre el período de latencia.
No representa una etapa psicosexual auténtica.

La etapa genital.

Con la etapa genital empieza la pubertad y constituye el último período significativo del desarrollo de la personalidad, el término genital puede ser algo enigmático, se deriva de la característica sobresaliente de éste período, como dijo Freud, el surgimiento, la unificación completa y el desarrollo de los instintos sexuales; se puede crear confusión entre la etapa fálica y genital pues ambas están centradas en los órganos genitales, la diferencia es que en la primera la sexualidad es rudimentaria puramente egocéntrica y en la genital la sexualidad alcanza su madurez y se vuelve heterosexual, los órganos genitales se vuelven el origen central de las tensiones y placeres sexuales incluyendo la potencia sexual y el orgasmo.
La teoría psicoanalítica tiende a proporcionar un cuadro coherente de la sexualidad del niño, sean las que fueren las vicisitudes del ambiente, y considera el proceso del desarrollo como una interacción dinámica entre las necesidades y las pulsiones inherentes al individuo y las fuerzas ambientales, bajo las formas de las normas sociales.






jueves, 20 de octubre de 2011

Teoría sobre el desarrollo humano (Melanie Klein)

Concepto de desarrollo personal

Desde la perspectiva psicoanalítica de Melanie Klein, el desarrollo personal se concibe como enriquecimiento de la personalidad que se refiere a la superación de etapas tempranas de la niñez (que pueden volver a surgir en la vida adulta), la superación de los conflictos que estas etapas conllevan, como la ansiedad, culpa, envidia y logro de la gratitud, alcanzar el equilibrio con el mundo psíquico interno y el mundo externo, y desarrollar la capacidad de disfrutar de las cosas y llevar relaciones gratificantes de amor con los otros.
De estos estadios tempranos, dos son los que mayor importancia tienen en la vida según Klein. El primero es la posición esquizo-paranoide que se desarrolla durante los primeros 3 a 4 meses de vida. Según Klein los seres humanos poseemos dos instintos básicos, el de vida o amor y el de muerte u odio, debido a la lucha que se produce entre estos dos instintos y el sentimiento de ansiedad persecutoria que se produce en el niño, producto del miedo de que este impulso agresivo le cause daño, el niño lleva a cabo procesos de escisión, en que el odio y la ansiedad se proyectan hacia el primer objeto de relación que posee, que es el pecho de la madre, que pasaría a ser el pecho malo, y los sentimientos de amor se proyectan en el pecho gratificador bueno (Klein, M. 1988). Luego de esta proyección, el pecho bueno y el malo son introyectados en la psiquis del niño, por lo que el yo está muy poco integrado, pues posee contenidos separados. Esta proyección y posterior introyección colaboran a que la ansiedad persecutoria vaya disminuyendo, pues el niño se siente más seguro con un pecho bueno que lo ampare, pero a la vez tiene un pecho malo, que lo persigue y persiste el miedo a la aniquilación del yo. De esta intereacción entre los 4 - 6 meses se van integrando los impulsos, y la madre ya no es vista en forma escindida, sino que se incorpora como un objeto total, pasándose a la posición que Klein denomina depresiva, en la que debido a esta integración del objeto y el yo se experimenta culpa, pues el niño siente que el objeto amado ha sido dañado por sus propios impulsos agresivos; y por lo cual trata de reparar el objeto dañado. "El sentimiento de que el daño hecho al objeto amado tiene por causa los impulsos agresivos del sujeto, es para mí la esencia de la culpa. El impulso a anular o reparar este daño proviene de sentir que el sujeto mismo lo ha causado, o sea, de la culpa. Por consiguiente, la tendencia reparatoria puede ser considerada como consecuencia del sentimiento de culpa". (Klein, 1988. 45pp).
En relación con la posición depresiva, según Klein, se establece el complejo de Edipo alrededor de los 2 años. La angustia y la culpa incrementarían la necesidad de la externalizar (proyectar) figuras malas y de internalizar (introyectar) figuras buenas; de lograr los deseos, el amor, los sentimientos de culpa y tendencias reparatorias a ciertos objetos y el odio y la angustia a otros, de encontrar en el mundo exterior representantes de las figuras internas, hechos que ocurren en el complejo edípico. (Klein, 1971).
Luego del complejo de Edipo y la etapa de latencia, este interjuego de progresión, que está influido por la ansiedad, llega a dominar las tendencias genitales (Klein, 1988). A consecuencia de ello la capacidad para reparar aumenta y se alcanzan las sublimaciones genitales que en el caso de la mujer son la fertilidad, el poder de dar vida y por lo tanto recrear objeto perdidos y en el hombre el elemento de dar vida se haya vinculado con la fantasía de fertilizar a la madre dañada o destruida y así restaurarla.
Con esta tendencia aumentada en la reparación, la ansiedad y culpa disminuyen considerablemente, con lo que el niño puede desarrollar relaciones estables con sus padres y posteriormente con los otros, predominando el amor ante el odio.
A parte de la superación y desarrollo de estas etapas y de la superación de la ansiedad y la culpa por miedo de la reparación, de acuerdo con Klein es fundamental para lograr el desarrollo personal la superación de la envidia y el logro de la gratitud.
Según Klein el niño siente envidia del pecho, pues, aunque éste lo satisfaga, contiene todo lo que él desea y que le es negado, dejándose todo lo bueno para sí. Debido a esto el niño desea dañar el pecho materno y recobrar lo que es suyo. Si la envidia del pecho es muy fuerte el niño no podrá obtener gratificación, en cambio, si ésta es superada (lo que está dado en gran parte por factores constitucionales) el niño podrá obtener gratificación y experimentará gratitud, lo que es esencial para apreciar bondad en otros y en uno mismo y hace posible el sentimiento de unidad con otra persona, hecho esencial en toda amistad o relación amorosa feliz.
El desarrollo personal estaría estrechamente vinculado con la gratitud, pues ésta permite desarrollar la generosidad que según Klein es la base para el enriquecimiento personal "la riqueza interna deriva de hacer asimilado el objeto bueno, de modo que el individuo se hace capaz de compartir sus dones con otros. Así es posible introyectar un mundo externo más propicio y como consecuencia se crea una sensación de enriquecimiento". (Klein, 1988. 194 pp). Sin esta gratitud el sentimiento de envidia, o sea haber dañado el objeto amado, destruye la confianza del individuo y la sinceridad de las relaciones y su propia capacidad de amor y ser bondadoso.
La gratitud es fundamental para gozar no sólo de las relaciones con otros, sino que también de distintos intereses, disfrutar del trabajo, abriendo camino a múltiples fuentes de satisfacciones.
Se puede concluir entonces que para Klein, la base del desarrollo personal es el logro del amor, la superación de la ansiedad, la culpa y envidia y el poder experimentar la gratitud a través del desarrollo.

Noción de sujeto propuesta por el modelo

Según la perspectiva de Klein el individuo es un ser que está constantemente en conflicto, pues debe a lo largo de toda su vida superar ciertos impulsos o sentimientos que son nocivos para su desarrollo, para así alcanzar la felicidad y equilibrio entre el mundo intrapsíquico y el mundo externo.
Creo que la noción de Klein, sobre el individuo es bastante negativa, ya que considera que éste, incluso, en situaciones de ayuda social, está motivado por impulsos como la culpa..."Todas las formas de ayuda social se benefician con ese anhelo. En los casos extremos, los sentimientos de culpa impulsan a la gente hacia el total sacrificio de sí misma por una causa o por sus semejantes, y pueden conducir al fanatismo" (Klein, 1988. 263 pp). De modo que niega que ciertas conductas de ayuda sean desinteresadas y que se relacionan por un gusto personal o autorealización.
A pesar de esta noción negativa, también atribuye características positivas al ser humano que le son innatas, como la capacidad de amar, que es por la cual el individuo debe luchar para que otros impulsos como lo es la envidia no interfieran con su desarrollo y así logre la felicidad.

Conceptualización del cambio y factores que dan cuenta de él.

Los factores que dan cuenta del cambio del desarrollo personal son la madurez emocional, o sea, que los sentimientos de pérdida o de algunas frustraciones pueden ser contrarrestados por sustitutos y el poder disfrutar del trabajo y los placeres que están a nuestro alcance, teniendo muchas posibilidades e intereses con los cuales hacerlo, lo que deviene del logro de experimentar la gratitud.
La fortaleza del carácter es otro factor que da cuenta del cambio y se refiere a la capacidad del yo de desarrollar todas sus potencialidades. Esta fortaleza se logra cuando el niño (y también el adulto en sus otras relaciones) logra internalizar los aspectos buenos de la madre, de modo que dominen a los frustrantes, haciendo que ésta sea experimentda como una madre que guía, pero no domina, o sea que ama, lo que hace posible la paz interior, haciendo exitosas las relaciones primero con la madre y luego con las posteriores en la familia y otras en la vida adulta.
La fuerza del carácter se manifiesta también en la comprensión, compasión, simpatía y tolerancia a los demás, o sea, en todos aquellos factores que nos hacen entablar relaciones estables y gratificantes con los demás.
Otra manifestación es la equilibrada adaptación al mundo externo, de modo que no interfiera con la libertad de las emociones y pensamientos, lo que implica el poder tolerar emociones y pensamientos, o sea, poder tolerar emociones dolorosas y poder manejarlas, sin reprimir los conflictos, sino que enfrentándolos, para poder así disfrutar de las otras cosas como el trabajo, descanso y la relación con otras personas. (Klein, 1988).

Ventajas y/o limitaciones tiene el modelo propuesto

En cuanto a las limitaciones del modelo propuesto por Klein, creo que la más importante es que el desarrollo personal está limitado por factores constitucionales, ya que como propone la autora, es el yo quien según su fuerza, la que está predeterminada por factores biológicos, la que va a determinar que la capacidad de amor sea más fuerte que la de envidia, lo que llevaría a poseer relaciones estables con los otros y a poder obtener gratificación de ellas y de otros intereses. Aunque Klein también expresa que los factores ambientales juegan un rol importante en estos procesos, concede mayor importancia a los internos, a los constitucionales, lo que podría llevar a tener una concepción fatalista del individuo, pues así nació y así será. "Algunos niños, desde un comienzo, tienen mayor capacidad de amor que otros, lo que está ligado a un yo más fuerte, y que su vida de fantasía es más rica y permite el desarrollo de todos sus dotes. Por lo tanto, podemos hallar niños que, aún en condiciones favorables, no adquieren el equilibrio". (Klein, 1988. 277 pp)
En cuanto a la noción del desarrollo personal, considero que una ventaja de ésta es que lo hiciera siempre en relación con los otros, o sea, la capacidad de mantener relaciones estables y disfrutar de ellas, ya que se corresponde con lo que expresan los psicólogos sociales, es decir, no hay conducta que no sea social, sin embargo, creo que olvidó una parte muy importante del desarrollo personal, que son las autorealizaciones, pero como Klein no está dedicada a este tema en particular no puedo hacer una crítica fuerte de ello.
A modo personal pienso que al describir los estadios esquizo-paranoide y depresivos, Klein otorgó factores cognitivos muy desarrollados a los niños. Aunque si bien ella expresa que los procesos que se dan en estas etapas son inconscientes, de todas formas implican procesos cognitivos que según la neurología y teóricos de Piaget no se encuentran desarrollados en esas edades.